Resultados comparados de las distintas estrategias de cribado para el t21, T18 y T13: adaptación del informe EUnetHTA
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2020Publisher
Agencia Gallega para la Gestión del Conocimiento en Salud (ACIS), Unidad de Asesoramiento Científico-técnico, avalia-t; Ministerio de Sanidad
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Libro
DeCS
embarazo | trisomía | diagnóstico prenatalMeSH
Pregnancy | Prenatal Diagnosis | TrisomyAbstract
[es] Introducción: durante los últimos años, el cribado prenatal mediante test
de ADNflc (ADN fetal libre circulante) basado en el test del ADN fetal
en sangre materna ha surgido como una alternativa al cribado combinado
del primer trimestre (CCPT), ya que se estima que podría tener una mayor
capacidad de detección de las trisomías T21, T18 y T13. Inicialmente este
test ha sido valorado fundamentalmente como prueba contingente dentro
del cribado prenatal, pero recientemente varias guías lo recomiendan como
prueba de cribado de primera línea, no existiendo actualmente un consenso
a nivel nacional o internacional respecto de la estrategia de cribado más
adecuada, ya que en la decisión de adoptar una u otra estrategia influyen
muchos otros factores aparte de la validez diagnóstica y el coste. Con el
objetivo de proceder a establecer un protocolo consensuado que defina los
criterios de indicación de la prueba en todo el Sistema Nacional de Salud,
la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia
del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha solicitado un
nuevo informe sobre el test de ADNflc a la Red Española de Evaluación de
Tecnologías Sanitarias (RedETS).
Objetivos: el principal objetivo es evaluar la seguridad y efectividad
comparada de las principales estrategias de cribado con el test de ADN fetal
para la detección de las trisomías 21 (T21), 18 (T18) y 13 (T13), estableciendo
la validez diagnóstica (variables intermedias) y las implicaciones en
términos de medidas de resultado pertinentes para la mujer embarazada
y/o feto. Se pretende también analizar los costes y las principales cuestiones
organizativas, éticas y sociales relacionadas con la implantación de las
distintas estrategias de cribado a nivel nacional.
Métodos: adaptación del informe de la Red Europea de Evaluación de
Tecnologías Sanitarias (EUnetHTA) “Screening of fetal trisomies 21,
18 and 13 by non invasive prenatal testing”, realizado por la Unidad de
Asesoramiento Científico-técnico de la Agencia Gallega del Conocimiento
en Salud (Avalia-t; ACIS), en el 2018. Siguiendo las recomendaciones
de la “Guía para la elaboración y adaptación de informes rápidos de
evaluación de tecnologías sanitarias”, elaborado en el marco de la RedETS,
se incorporaron los principales resultados de este informe y la información
se complementó con datos nacionales en todos aquellos dominios en donde
fue posible la contextualización. El informe final fue elaborado atendiendo
a las consideraciones de un informe de “novo”.
Resultados: respecto al T21, el meta-análisis sobre el test de ADNflc como
prueba de primera línea en embarazos únicos (reemplazo total del CCPT),
basado en 8 estudios sobre 136 544 mujeres embarazadas (885 aneuploides
y 135 659 euploides), mostró una sensibilidad estimada del 99.3 % (IC 95 %
97.8 %-99.8 %) aplicando el modelo de efectos aleatorios. La especificidad
fue del 99.9 % (95 % IC 99.8 %-99.9) excluyendo abortos, pérdidas fetales
y resultados inciertos/fallidos. Según los datos de la revisión Cochrane,
la sensibilidad y especificidad del test combinado del primer trimestre
para un nivel de riesgo de 1:300 se estimaría en el 87.26 % (IC 95 %
85.18 %-89.09 %) y el 95.50 % (IC 95 % 94.86 %-96.05 %). Por tanto, si se
hace una comparación indirecta, asumiendo una prevalencia de T21 de 24 en
10 000, el valor predictivo positivo del test de ADNflc como prueba primaria
sería del 82.6 % frente al 4.4 % del test combinado, con cero falsos negativos
en comparación con 0.03 %. En este hipotético escenario, se esperaría que
la tasa de detección aumentase ligeramente (29 casos extra detectados por
100 000 mujeres) y que se redujese el número de pruebas invasivas. Si se
asume que el 90 % de todas las mujeres con alto riesgo aceptasen realizarse
una prueba invasiva, se estimaría una reducción considerable en el número
de pruebas de confirmación (4 233 mujeres por 100 000 darían positivas con
el test combinado frente a 259 con test de ADNflc).
La sensibilidad estimada en base a 24 estudios (1408 aneuploides y
99 818 euploides) que evaluaron el test de ADNflc como prueba contingente
fue del 99.2 % (95 % IC 98.59 %-99.56 %) y la especifidad del 99.95 % (95 %
CI 99.93 %-99.96 %). Atendiendo a estos datos y a los de la Cochrane, si se
asume que todas las mujeres con resultados positivos en el test combinado
se realizarían la prueba de ADN fetal, se estimaría que la sensibilidad
de la estrategia contingente (CCPT + test de ADNflc) sería del 86.8 %
(95 % IC 82.2 %-90.4 %). La especifidad se estima en el 100 % (95 % CI
99.9 %-100 %). Por tanto, el valor predictivo positivo sería del 99.1 % (95 %
CI 96.7 %-99.7 %) y el valor predictivo negativo (VPN) del 100 % (95 %
CI 99.9 %-100 %). En este hipotético escenario, la estrategia contingente
resultaría en dos falsos negativos adicionales por cada 100 000 mujeres
cribadas. Asumiendo que se confirman un 90 % de todos los positivos, se
estimaría que 189 mujeres realizarían pruebas invasivas con el cribado
contingente frente a las 4238 después del cribado combinado.
Las dos estrategias de cribado que incluyen el test de ADNflc (solo test
ADNflc o CCPT+test ADNflc) presentan ventajas e inconvenientes cuando
se comparan entre sí. El empleo del test de ADNflc como prueba única de
cribado reduciría el número de casos no detectados en relación al cribado
contingente (2 versus 288 in 100 000 mujeres cribadas) pero resultaría en un mayor número de pruebas invasivas. Como prueba contingente, no
aumentaría la tasa de detección, sino que probablemente exista riesgo de
que se pierdan algunos casos, pero se evitaría un porcentaje importante
de pruebas invasivas. Los costes totales estimados para una población de
100 000 mujeres embarazadas, asumiendo una prevalencia de T21 de 24 por
10 000 habitantes y una frecuencia de muerte fetal del 1 %, se estimaría en
9 739 077 € para el cribado combinado, en 8 68 2160 para el cribado con el
test ADNflc como prueba contingente (CCPT+test ADNflc) y 28 764 629 €
para el test de ADNflc como prueba de primera línea.
Para el T18, la sensibilidad del test de ADNflc como prueba primaria
calculada en base al modelo bivariante de efectos aleatorios, excluyendo
abortos, pérdidas fetales y resultados inciertos/fallidos se estimó en el
97.4 % (IC 95 % 94.4 %-98.8 %) y la especificidad en el 99.90 % (IC95 %
99.87 %-99.97 %). No obstante, el modelo proporciona estimaciones poco
fiables debido a la escasez de datos y al pequeño número de casos aneuploides
(234 aneuploides versus 13 5405 euploides). Debido a este hecho y a la baja
calidad de la evidencia no se consideró oportuno ningún tipo de modelaje.
En cuanto a la T13, la sensibilidad estimada a través del modelo
bivariante de efectos aleatorios fue del 98.8 % (IC95 % 1.41 %-100 %) y la
especificidad del 99.9 % (IC95 % 99.94 %-99.97 %). No obstante, el modelo
fue inestable debido al gran número de celdas con resultados en blanco.
Debido a este hecho y a la baja calidad de la evidencia no se consideró
oportuno ningún tipo de modelaje.
Discusión: la calidad de la evidencia de los estudios sobre T21 que evalúan
el uso del test de ADNflc como prueba de primera o segunda línea fue
moderada para sensibilidad y baja para especificidad (GRADE). La
principal limitación de los estudios reside en el alto riesgo de sesgos. El
seguimiento fue incompleto en todos los estudios y los dos estudios que más
contribuyen a los resultados en el caso del test de ADNflc como prueba de
primera línea, dado su tamaño muestral, muestran pérdidas del 16.4 % y del
23 %. Asimismo, la verificación de los casos negativos del test de ADNflc
se realiza en base a los registros, bases de datos médicas o entrevistas,
arrojando importante incertidumbre al respecto de la fiabilidad de los
resultados de especificidad. La aplicabilidad de las estimaciones del valor
predictivo positivo y valor predictivo negativo también es dudosa debido a
que la prevalencia de T21 en los estudios no es representativa de aquella
en la población general. El hecho de haber excluido abortos, pérdidas
fetales y casos con resultados inciertos/fallidos pudo haber ocasionado una
sobreestimación de la especificidad tanto en la población general como en la población de alto riesgo. En general los estudios sobre T18 y T13 presentan
poco poder estadístico debido al pequeño tamaño muestral y esto explica el
que no se encuentren FP o FN para ninguna de estas aneuploidías.
Conclusiones: 1) la evidencia apunta a que la sensibilidad del test de
ADNflc para la detección del T21 es significativamente mayor que la del
test combinado cuando se emplea como prueba de cribado de primera
línea y a que el reemplazo podría reducir el número de pruebas invasivas
innecesarias. No obstante, existe incertidumbre al respecto de la especificidad
de estas pruebas debido a la inapropiada verificación de los casos negativos.
Asimismo, la aplicabilidad de las estimaciones de VPP y VPN es limitada
debido a que la prevalencia de T21 en los estudios no es representativa de
aquella en la población general; 2) la evidencia también apunta a que el
uso del test de ADNflc como prueba contingente también podría reducir
sustancialmente el número de pruebas invasivas, aunque este dato necesita
ser confirmado con datos reales de la práctica clínica. La falta de verificación
de los casos fallidos y resultados inciertos podría contribuir a cambiar este
resultado; 3) la baja calidad de la evidencia existente sobre T18 y T13 no
permite extraer conclusiones definitivas al respecto de estas trisomías; 4)
existe incertidumbre respecto a la exactitud diagnóstica del test de ADNflc
en embarazos gemelares; 5) se necesitan estudios comparativos prospectivos
para evaluar la efectividad de las distintas estrategias, evaluando la detección
de todas las anomalías, interrupciones voluntarias de embarazo, abortos y
otras variables relacionadas con el paciente. A día de hoy, existen importantes
incertidumbres al respecto de cual es la mejor estrategia de cribado. [en] Introduction: during the past years, the non-invasive prenatal screening
based on the analysis of cell free fetal DNA from maternal blood of pregnant
women, has emerged as an alternative to first trimester combined screening
(FCT), because of its alledged greater detection of trisomies T21, T18 and
t13. Initially, these tests were offered as a contingent test within the prenatal
screening strategy, but recently various guidelines recommend its use as a
first-line screening test. To date, there is no consensus at the national or
international level with respect to the most appropriate screening strategy, as
the decision to adopt a given strategy can depend on many factors, apart from
the diagnostic accuracy and cost. With the aim of establishing a consensual
protocol that defines the indication criteria for the whole National Health
Care System (NHS), the Directorate General of Basic Health Portfolio of
the NHS and Pharmacy of the Ministry of Health, Consumption and Social
Welfare, has requested a new HTA assessment of cfDNA from the Spanish
Network of Health Technology Assessment Agencies (RedETS).
Objectives: the main objective is to assess the comparative safety and
effectiveness of the main prenatal screening strategies including cfDNA for
the detection of trisomies 21 (T21), 18 (T18) y 13 (T13), establishing the
diagnostic accuracy (intermediate variables), as well as the implications in
terms of relevant outcomes for the pregnant women and/or fetus. The report
also aims to analyse the costs and the main organizational, ethical and social
issues related to the implantation of the different screening strategies at the
national level.
Methods: adaptation of the European Network of Health Technology
Assessment (EUnetHTA) report “Screening of fetal trisomies 21, 18 and
13 by non invasive prenatal screening” carried out by the health technology
assessment unit of the Galician Agency for Health Knowledge Management
(Avalia-t; ACIS) in 2018. In line with the recommendations of the “guideline
for elaboration and adaptation of rapid health technology assessment”
developed within the framework of the RedETS, the report incorporates
the main results of the assessment and complements existing information
with national data wherenever contextualization is possible.
Results: the meta-analysis of the diagnostic accuracy of NIPT as a primary
testing method for T21 in singleton pregnancies (total replacement of FCT),
calculated based on 136 544 pregnant women (885 aneuploid and 135659
euploid cases), yielded a pooled estimate of sensitivity (S) of 99.3 [95 %CI
97.8 to 99.8], using the bivariate effect model. The specificity (Sp) was 99.9
[95 %CI 99.8 to 99.9] excluding miscarriages, fetal losses and uncertaing/
indeterminate/no call results. Based on the accuracy data of the Cochrane
review, the estimated pooled sensitivity of FCT for the risk level of 1:300
is estimated to be 87.26 [95 %-CI 85.18 to 89.09] and the estimated pooled
specificity is 95.50 % [95 %CI 94.86 to 96.05]. Therefore, if an indirect
comparison is carried out, assuming a prevalence of T21 of 24:10 000
pregnant women (EUROCAT data), the positive predictive value of NIPT
as a primary test would be 82.6 % in comparison to 4.4 % for the FCT,
with cero false negatives versus 0.03 %. In this hypothetical scenario, the
detection rate would increase slightly (29 extra cases detected in 100 000
screened women) and the number of invasive test would be reduced. If we
assume that around 90 % of all of the women that would test positive would
undergoe invasive testing, a substantial reduction in invasive testing would
be expected (4233 out of 100 000 screened women would undergoe invasive
testing with the FCT strategy versus 259 with NIPT as a primary test).
The pooled sensitivity, estimated based on twenty four studies (1408
aneuploidy cases and 99818 euploid cases) which provided data on the
accuracy of NIPT as a second tier test was 99.21 %, 95 %CI 98.59 to 99.56
and Sp reached 99.95 %, 95 %CI 99.93 to 99.96. Based on this data and on
the accuracy data of the Cochrane review, assuming that all women testing
positive with FCT would undergo NIPT testing, the estimated sensitivity of
the add-on strategy (FCT + NIPT) for a hypothetical cohort of 10 000 would
be 86.8 % [95 % CI 82.2 %-90.4 %]. Estimated specificity would be 100 %
[95 % CI 99.9 %-100 %]. The positive predictive value would be 99.1 %
[95 % CI 96.7 %-99.7 %] and the negative predictive value 100 % [95 % CI
99.9 %-100 %]. In this hypothetical scenario de contingent strategy would
lead to two additional false negatives in 100 000 screened women. Assuming
that 90 % of the women testing positive would undergo confirmation,
189 would be prone to invasive procedures with contingent screening in
comparison to 4238 with FCT.
Both NIPT strategies (NIPT only or FCT+NIPT) show advantages
and inconveniences when they are compared against each other. The use
of NIPT as a sole screening test would lead to an important reduction in
the number of non detected cases in comparison to contingent screening
(2 versus 1000 screened women) but would in turn occassionate a greater
number of invasive tests. As a contingent test, the detection rate will not
increase with regards to FCT, on the contrary, there is a possibility of missing
some cases, although less invasive testing is expected. The total estimated
costs for a population of 100 000 pregnant women, assuming a prevalence
of T21 of 24:10 000 would be 9 739 077 € for the FCT strategy, 8682160 for
the contingent strategy (FCT+NIPT) and 28 764 629 € for the NIPT only
strategy.
For T18, the pooled sensitivity of NIPT as a primary screening test
calculated applying the bivariate random-effect model, was estimated to
be 96.86 % [95 %CI 88.35 % to 99.21 %] and pooled Specificity was 99.97
[95 %CI 99.93 to 99.98]. However, the model was unreliable due to the lack
of variability in the specificity and the great number of aneuploidy cases (234
versus 135405). Due to this fact and the low quality of the evidence, it was
not considered appropriate to do any modelling.
Discussion: the quality of evidence of the studies on T21 that assess the
use of NIPT as a primary or secondary testing method was moderate for
sensitivity and low for specificity (GRADE approach). The main limitation
of the studies was the high risk of bias. The follow up was incomplete in
all of the studies and the two studies that contribute mostly to the results
of NIPT as a first tier test, given their sample size, showed losses of 16.4 %
and 23 %. In addition, the verification of the negative results of the cfDNA
test was based on registries, medical databases or interviews, raising
important uncertainties regarding the reliability of the specificity results. The
applicability of the estimations of the positive predictive value and negative
predictive was also doubtful given that the prevalence of T21 in the included
studies was not representative of that found in the general population. The
exclusion of miscarriages, fetal lossess and uncertain/no call results could
have led to an overestimation of the specificity for both the general and
high-risk population. In general, the studies on T18 and T13 have very low
statistical power due to the small simple size and this can explain the lack
of false positives or false negatives for these aneuploidies.
Conclusions: 1) existing evidence supports that the sensitivity for T21 is
significantly higher for NIPT than for FCT, when used as a first tier screening
test, and that the replacement of FCT by NIPT would lead to a considerable
reduction in unnecessary invasive testing. The generalisability of the positive
predictive value and negative predictive value is limited by the fact that the
prevalence of T21 was not representative of that found in general pregnant
population; 2) available data also suggests that the use of NIPT as an add-on
to combined testing for high risk T21 population screening could also lead to
substantial reductions in unnecessary invasive. However, this results needs to
be confirmed with real world data. The performance of the test (test failures,
uncertain results) and the uptake of NIPT screening are amongst the factors
that could contribute to change this ratio in real practice. 3) the low quality
of the evidence for T18 and T13 does not allow for drawing conclusions on
these trisomies for any of the screening pathways. 4) uncertainty remains
regarding the diagnostic accuracy of NIPT testing in twin pregnancies. 5)
Appropriately designed prospective comparative studies are required in
order to be able to assess the performance of the different test strategies,
taking into account detection of all abnormalities, abortions, miscarriages
and other patient related outcomes. To date, important uncertainties remain
regarding the best screening pathway.
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